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Dietas para adelgazar,
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La insulina - que es la
insulina para adelgazar y obesidad |
La insulina es la hormona
más importante en la regulación de nuestro metabolismo
energético.
Para que los diferentes nutrientes
de nuestra alimentación puedan ser utilizados como
energía por nuestras células, es necesaria la acción
de esta hormona. Su función es la de favorecer
la incorporación de glucosa de la sangre hacia
las células.
Sin la insulina
se produce un aumento de la glucosa en sangre pero como no puede
entrar dentro de las células, éstas se mueren de
hambre, esto es lo que ocurre en la enfermedad
conocida como diabetes mellitus.
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La insulina que es la insulina
- adelgazar y obesidad |
El papel de la insulina
en la obesidad-
Dejando previamente claro que es imprescindible
para vivir, podemos afirmar que “la insulina es la
hormona que engorda”, principal enemigo si queremos adelgazar.
La insulina es la gran
controladora de la utilización, distribución y almacenamiento
de la energía. Y si valoramos que la
obesidad se
produce por un desequilibrio energético de nuestro
organismo queda claro el papel fundamental que tiene
esta hormona en la génesis de la obesidad. De hecho
es la principal hormona reguladora de la grasa corporal.
Y por lo tanto, dejando
previamente claro que es imprescindible para vivir,
podemos afirmar que “la insulina es la hormona que
nos engorda y no podamos adelgaar
con dietas”.
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La insulina - adelgazar y
obesidad |
Se fabrica por las células beta de nuestro páncreas
y es segregada cuando el nivel de glucosa en sangre
se eleva después de nuestra dieta.
Es la responsable de utilizar este exceso de azúcar, inicialmente
como consumo inmediato de energía por nuestras células,
y lo que no puede ser consumido en el momento intentará
almacenarlo, primero como glucógeno en nuestro hígado
y en nuestros músculos para un posterior consumo
rápido, pero como este almacén es muy limitado, todo
lo demás lo transformará en grasa cuya capacidad
de almacenamiento es ilimitada, claramente demostrable
cuando no se puede adelgazar y en las obesidades mórbidas.
Además, como el efecto de la insulina en nuestro torrente
sanguíneo supone una disminución de los niveles de
azúcar, esto produce un aumento del apetito y explica
un segundo mecanismo de producción del sobrepeso.
La mejor expresión de todo esto que estamos contando
es el denominado síndrome cardiometabólico o insulinoresistencia
que supone la asociación de diabetes, hipertensión
arterial, colesterol elevado y obesidad (sobre todo
de tipo abdominal) y las personas que lo padecen (cada
vez más en la población actual) tiene más riesgo de
padecer enfermedades cardiovasculares. En esta personas
se produce una resistencia al funcionamiento normal
de insulina y por ello tienen que segregar más cantidad
de insulina para mantener normal su glucosa en sangre,
y al final se produce un aumento de los niveles de
insulina en sangre que se conoce como hiperinsulinismo.
Y esto lleva a las cuatro complicaciones del síndrome:
1. Termina agotando la reserva pancreática de insulina
produciendo la diabetes.
2. Se produce una elevación
del colesterol y los triglicéridos.
3. Aumenta la retención
agua y sal produciendo hipertensión arterial.
4. Se
favorece la lipogénesis (formación de grasa) y con
ella la obesidad.
Con todo lo comentado podemos deducir que para solucionar
el problema del sobrepeso y la obesidad tenemos que
mantener controlada la insulina de nuestro organismo.
Y para ello podemos utilizar la selección de los
alimentos que estimulen menos la secreción de insulina y la distribución
adecuada la toma de alimentos.
Dr. J.P. Fernández |