Me atrevo a escribir esta carta convencida de que
voy a dar un paso importante en mi vida. Ya es tarde para echarme
atrás. Después de muchas amargas experiencias, por fin lo tengo claro.
Es el momento de dejarse de lamentos, de sentir lástima de mí misma
y de buscar una solución. Yo tengo lo que los médicos denominan obesidad
mórbida.
Es un problema muy grave de salud que padece mucha más gente
de lo que se imaginan.
Sé que me va a costar mucho llegar allí donde
quiero ir. No les estoy hablando, como la mayoría de las mujeres que se quejan de su sobrepeso (5 ó 10 kilos de más).
No es que no
me vea bien o me quiera parecer a la modelo de turno. Mi problema
es otro.
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