Higiene cocina Adelgazar
dietas alimentacion sana |
Como sabrás, mi dieta
JV no se basa solo en no engordar,
es una forma de alimentarse con salud y ademas
evitar la obesidad.
Por ello te doy unos consejos que aunque son
conocidos es bueno recordarlos.
Al cocinar Si calentamos un plato
por encima de los 65°C estaremos asegurándonos
de que hemos acabado con casi todos los microorganismos.
Al enfriar Como hemos dicho, las temperaturas
templadas son las mejores para que se multipliquen
los microorganismos, por lo que debemos evitar
que la comida pase mucho tiempo entre los 10°C
y los 65°C.
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Con este fin, si vamos a guardar
para otro día un plato que acabamos de hacer, debemos
pasarlo a un recipiente con tapa, dejarlo que pierda
el exceso de calor y guardarlo en el frigorífico
o en el congelador lo antes posible.
Para los
alimentos que vayamos a tomar crudos, o que
no vamos a volver a calentar (salsas, fiambre,
ensaladillas, marisco, gazpacho,...) lo mejor es
que los refrigeremos inmediatamente. Por debajo
de los 10°C la mayoría de los microorganismos paran
su actividad y el alimento tarda más en estropearse,
pero no mueren, ni siquiera al congelarlos. Si
descongelamos un alimento no debemos volver a congelarlo,
ya que habremos dado mucho tiempo para que estos
pequeños seres vivos lo contaminen.
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Mantener todo limpio En
todas las casas hay pequeños malos hábitos que multiplican
las posibilidades de contaminar un alimento. Por
ejemplo, ¿quién no ha dejado las bolsas de la compra
sobre el banco de la cocina al llegar a casa? Estas
bolsas han estado en la caja del supermercado, en
el carrito, en el coche, en el suelo mientras abríamos
la puerta y de ahí han pasado al lugar donde preparamos
la comida. Si al acabar de organizar la compra pasamos
a preparar unos bocadillos partiendo el pan en el
mismo sitio donde pusimos las bolsas y sin lavarnos
las manos, puede ser que estemos contaminando ese
pan que luego vamos a comernos. Como este ejemplo
hay muchos más que hacemos sin saber que estamos
poniendo en riesgo nuestra salud.
Por
tanto, lo mejor es prevenir con buenos hábitos de
higiene, como lavarnos las manos con agua y jabón
aunque parezcan limpias, cambiar los trapos y las
bayetas varias veces por semana, mantener la cocina,
el frigorífico y la despensa ordenados, limpios y
secos, limpiar el banco de la cocina, los chuchillos
y demás utillaje con estropajo, y no dejar que se
acumule suciedad en las esquinas, paredes ni debajo
de los electrodomésticos para no atraer a los insectos.
Estas pequeñas medidas de seguridad deben formar
parte de nuestras actividades cotidianas, pero debemos
ser muy estrictos en verano cuando la temperatura
ambiente es idónea para que los posibles causantes
de problemas para la salud se
multipliquen. |